martes, 23 de julio de 2013

Resolución desfavorable

Salir de una audiencia tras escuchar al Juez dictar a viva voz una resolución desfavorable a la usuaria de la DEMI, provoca un torbellino de sentimientos que no es fácil describir. Así ha concluido nuestra primera visita al Juzgado de la Niñez de Huehue; aun después de un delicioso capuccino en Monte Alto y una refrescante Brahva en D' Carlo, el mal sabor de boca persiste. Y es que Guatemala no es todo aguas volcánicas y estimulantes escaladas.

Podría decirse que hoy hemos vivido una jornada de algún modo intensa en la DEMI. En algún momento entre tarea y tarea, ante unos atentos Palo, Manuel y servidora, Lucinda nos ha confiado algunos de sus sentimientos hacia la DEMI como institución y hacia la Justicia (o quizá debería decir Injusticia) en el país en general. Con cada una de sus palabras, crecía la admiración hacia una luchadora constante, de unos férreos principios y un inamovible código ético. A pesar de las dificultades que suponen una evidente falta de personal y la cooperación no siempre gratificante del resto de la institución, ella nunca ha desistido de su labor de apoyar a las señoras que acuden a la DEMI a diario. Sin embargo, como hemos tenido oportunidad de comprobar hoy, el buen hacer y el empeño no siempre son suficientes.

Con un tono algo irónico y casi como quien relata un cuento de hadas, el Juez ha procedido a dictar una sentencia que, con todos mis respetos hacia un profesional del Derecho que sabe mucho más que yo, nos ha parecido de lo más absurda. Cómo se las ha apañado para, con toda la naturalidad del mundo y adornando cada palabra como si de una homilía se tratase, arrebatar a una madre la custodia de su niño de siete años, lo desconocemos. Una madre con una historia espeluznante a las espaldas. Un niño que ha de criarse separado de sus hermanos y que no quiere saber nada de su madre. Lucinda ya nos había advertido de que no nos hiciéramos muchas ilusiones con este caso, pero es que resulta imposible no sentir una tristeza enorme ante tales situaciones.

Siento deprimir al lector con tan serias impresiones después del alegre relato sobre nuestras intrépidas aventuras volcánicas que precede, pero una también siente la necesidad de desahogar sus penas con el mundo. Ahora bien, como a mi madre le gusta que siempre concluyamos nuestras entradas de forma positiva, añadiré que hemos perdido la batalla pero no la guerra. En otras palabras, mañana a primera hora nos ponemos a trabajar la apelación.

Manuel y Palo a las puertas de la DEMI

2 comentarios:

  1. Empiezo a seguir sus aventuras. Las he descubierto de rebote de las del Sr. Valero. Creo que ambas me gustarán y me devolverán experiencias propias similares de hace unos años.

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    1. Profesor Sellarés, os envié a todo el equipo el link del Blog hace unos días, pero me parece que ese mail nuncá llegó. Me alegro de que lo haya descubierto igualmente y espero que le gusten nuestras aventuras en tierra chapina!

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